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La lactancia es muy importante para las nuevas madres. Cuando das pecho, necesitas consumir suficientes calorías y nutrientes para apoyar el crecimiento de tu bebé.
Si estás pensando en amamantar a tu bebé, quizá te preguntes qué tipo de alimentos debes evitar. En este post, repasaremos todo lo que debes saber antes de empezar este proceso con tu bebé:
La ingesta de bebidas alcohólicas no es recomendable durante el periodo de lactancia debido a sus efectos sobre el hígado y el cerebro del bebé. La leche materna contiene grasas y lípidos que son necesarios para el crecimiento y el desarrollo del bebé. Estos componentes se destruyen si el alcohol pasa por el torrente sanguíneo de la madre.
El alcohol está prohibido durante la lactancia. No solo provoca deshidratación, sino que también puede afectar a la producción de leche.
El humo del tabaco contiene nicotina, alquitrán, monóxido de carbono, amoníaco, cianuro de hidrógeno, benceno, arsénico, plomo, formaldehído, cadmio y muchas otras sustancias químicas nocivas. Fumar tabaco provoca cáncer, enfermedades cardíacas y problemas respiratorios.
La nicotina también provoca cambios en la química del cuerpo que afectan al modo en que este procesa los alimentos. El estómago produce menos ácido gástrico, por lo que se siente hambre antes después de comer.
Fumar dificulta la producción de leche, por lo que no obtendrás la nutrición que necesitas al amamantar.
También disminuye el sistema inmunitario, lo que le hace más susceptible a los resfriados y la gripe. Y si estás embarazada, fumar aumenta el riesgo de aborto y parto prematuro.
El café contiene cafeína, taninos y antioxidantes. Sin embargo, el café puede aumentar el riesgo de aborto. La cafeína aumenta la presión arterial, contrae los vasos sanguíneos y reduce la cantidad de oxígeno que llega al cuerpo. Los taninos resecan la piel e irritan los ojos. Los antioxidantes ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden dañar tu ADN y contribuir al envejecimiento prematuro.
Aunque beber café durante el embarazo es seguro, consumir grandes cantidades de cafeína puede provocar náuseas, vómitos, dolores de cabeza y nerviosismo.
Por lo tanto, si planeas beber café durante la lactancia, limítate a no más de 200 mg al día.
Las mujeres que amamantan deben limitar el consumo de pescado (algunas especies) en sus dietas. Entre ellas se encuentran el pez espada, el atún rojo y el lucio.
El pescado es una opción alimentaria muy popular entre las mujeres embarazadas porque contiene ácidos grasos omega-3. Pero el pescado también es una fuente de mercurio, así que, si decides comer pescado durante la lactancia, debes tener en cuenta la cantidad de mercurio que estás consumiendo.
El mercurio es un metal pesado que puede causar daños cerebrales en los bebés. Aunque la mayoría de los expertos coinciden en que comer pequeñas cantidades de pescado una o dos veces por semana es seguro, las mujeres lactantes que comen grandes cantidades de pescado todos los días podrían estar poniendo en riesgo la salud de su hijo.
Cuando estás embarazada, probablemente pienses en la cantidad de azúcar que puedes comer. Pero cuando estás dando el pecho, tienes que tener cuidado con el consumo de bebidas azucaradas.
Aunque la mayoría de las mujeres beben agua durante el embarazo, es mejor limitar el consumo de bebidas azucaradas. Contienen grandes cantidades de azúcar, que pueden causar problemas tanto a la mamá como al bebé.
Las azúcares agregadas se encuentran determinados alimentos como lo son los lácteos de sabores, helados y bebidas gaseosas.
En conclusión, la lactancia es un maravilloso regalo de la vida. Sin embargo, eso no significa que no debas darte el gusto de comer ciertos alimentos. De hecho, hay bastantes alimentos que son realmente beneficiosos para las madres lactantes. Por ejemplo, los productos lácteos, como la leche y el queso, son excelentes fuentes de calcio y vitamina D, nutrientes esenciales para el crecimiento del bebé.
La clave es la moderación. Así que, en lugar de evitar estos alimentos por completo, céntrate en buscar alternativas más saludables que no comprometan tu producción de leche.
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