La salud física es fundamental para mantener el sistema inmunitario fuerte y resistir las infecciones oportunistas que pueden afectar a las personas con VIH. Algunas formas de cuidar la salud física son:
Las personas con VIH pueden sufrir estrés, ansiedad, depresión, miedo, culpa, vergüenza o aislamiento, debido al diagnóstico, al tratamiento, al estigma o a la discriminación. Estos problemas de salud mental pueden afectar a la adherencia al tratamiento, a la autoestima, a las relaciones y a la calidad de vida. Algunas formas de cuidar la salud mental son:
Vivir con VIH no impide llevar una vida plena y satisfactoria. Con un enfoque integral, que abarque la salud física y mental, es posible enfrentar los desafíos de manera positiva. Comprometerse con el tratamiento, adoptar hábitos de vida saludables y buscar apoyo emocional son pasos fundamentales hacia una vida plena y saludable, demostrando que el VIH no define el camino, sino que es solo una parte de él.