A propósito del Día Mundial de la Tuberculosis, la EPS hace énfasis en la importancia de la prevención, así como de los diagnósticos tempranos, para reducir la tasa de contagios y fallecimientos.
Es la enfermedad infecciosa –producida por bacterias– más letal del mundo. Alrededor de 4.500 personas pierden la vida diariamente a causa de esta y cerca de 30.000 individuos la contraen cada 24 horas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se trata de la tuberculosis, una patología que ataca directamente a los pulmones y de la cual, según el Ministerio de Salud y Protección Social, se reportaron más de 20.000 casos en Colombia entre 2019 y 2020, muchos de estos prevenibles si hubiesen sido tratados con anterioridad.
Teniendo en cuenta este panorama y con ocasión del Día Mundial de la Tuberculosis, que se conmemora cada 24 de marzo, Coosalud destaca la importancia de la prevención, así como de los diagnósticos tempranos, para reducir la tasa de contagios y fallecimientos.
En palabras de Enrique Mazenett Granados, director nacional de Epidemiología de Coosalud, la búsqueda activa es la principal acción que se realiza desde la entidad para hacerle frente a esta enfermedad. A la fecha existen 468 casos identificados de afiliados a la EPS con esta patología. “Nos mantenemos atentos, por ejemplo, a una persona que tenga 15 días con tos y que no se pueda explicar por otra causa. Hay quienes son asmáticos o fumadores que tosen constantemente. Sin embargo, a una persona que empieza a toser de forma repentina y dura más de dos semanas con esa condición hay que prestarle especial cuidado y hacerle las pruebas respectivas”, explica el directivo.
La segunda iniciativa que se lidera desde Coosalud es concentrarse y mantenerse alerta con las poblaciones de riesgo, por ejemplo, en los usuarios con VIH, algunos de los cuales son propensos a contraer esta enfermedad.
Con relación a los métodos de detección de esta patología, Mazenett resaltó que actualmente existen unas pruebas más modernas que se han autorizado dentro del Plan de Beneficios en Salud (PBS, antes denominado POS). “Estas pruebas moleculares pueden identificar distintas variantes de tuberculosis, gracias a las que es posible realizar un diagnóstico de manera más efectiva que con la prueba tradicional, la de tinción del esputo, que busca con un microscopio la bacteria en el esputo (flema) de las personas. Este tipo de pruebas han representado un avance a nivel mundial porque, al lograr un mejor diagnóstico, por supuesto, se puede garantizar un mejor tratamiento a los usuarios”, argumenta.
No obstante, uno de los factores agravantes frente a la lucha contra esta enfermedad es la aparición de casos de pacientes multidrogoresistentes. “¿Qué significa esto? Que en algunos pacientes las bacterias que causa la tuberculosis son resistentes a diferentes tratamientos, entonces las opciones terapéuticas son más complejas. Las personas que desarrollan esas enfermedades resistentes a múltiples fármacos pueden transmitir ese mismo agente patógeno a otras personas”, expone Mazenett.
En ese sentido, el médico epidemiólogo reitera lo imprescindibles que resultan las medidas de prevención y la atención a los signos de alarma. “El autocuidado es fundamental. Una adecuada nutrición es clave para prevenir la aparición de la patología. Si bien, entendemos que en algunas familias es difícil mantener una buena alimentación por sus condiciones socioeconómicas, es posible, por ejemplo, reemplazar el consumo de bebidas gaseosas y pan, por productos que tienen costos similares, como leche, huevo, plátano o yuca”.
Y agrega: “La principal recomendación es que, si una persona tiene tos persistente e inexplicable y dura más de 15 días, debe acudir a un centro de salud para que le hagan los exámenes médicos y las pruebas correspondientes. Esto también es importante para disminuir la propagación, porque a los pocos días de iniciar el tratamiento el individuo deja ser transmisor de la enfermedad”.
A continuación, se resaltan algunos de los principales síntomas de tuberculosis:
- Tos intensa de 15 días o con sangre o esputo (flema).
- Dolor en el pecho.
- Falta de apetito.
- Pérdida repentina de peso.
- Debilidad o fatiga.
- Fiebre.
- Sudoración nocturna.