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Coosalud EPS te dice que la tuberculosis sí se cura

A pesar de que esta enfermedad lleva siglos atacando a la humanidad, se le puede eliminar siguiendo el tratamiento adecuado.

Mediante su campaña Prevén, cura y respira Coosalud EPS, a propósito del Día Mundial de la Tuberculosis, que se conmemora el 23 de marzo, está dando a sus afiliados la buena noticia de que esta enfermedad sí tiene cura.

Al mismo tiempo, advierte a sus posibles pacientes que el superar la infección depende también de la rigurosidad con que se siga el tratamiento que se recomienda para estos casos. En caso contrario, el afectado podría sufrir consecuencias irreparables y hasta perder la vida.

Esta enfermedad, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, todavía sigue siendo un problema de salud pública en muchos países, especialmente en aquellos con bajos recursos económicos.

Las víctimas se afectan principalmente en los pulmones, ya que se transmite a través del aire, cuando una persona infectada tose, estornuda o habla.

Sus síntomas: tos crónica con flema, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. El diagnóstico se realiza a través de una prueba de la piel, radiografía de tórax y examen de esputo. La prueba de la piel, también conocida como la prueba de Mantoux, se utiliza para determinar si una persona ha estado en contacto con la bacteria de la tuberculosis. Si la prueba es positiva, se realizará una radiografía de tórax y un examen de esputo, para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento dura al menos seis meses, y consiste en tomar varios medicamentos antibióticos. Los más comúnmente utilizados incluyen la Isoniazida, la Rifampicina, la Pirazinamida y la Etambutol, que deben ingerirse según lo prescrito por un médico; incluso, si los síntomas desaparecen antes de que se terminen los fármacos.

La vacuna de Bacillus Calmette-Guerin, también conocida como BCG, se utiliza para prevenir la tuberculosis (TB) y otras enfermedades causadas por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.

La BCG, que se desarrolló en la década de 1920 y se ha utilizado ampliamente en todo el mundo, es una vacuna viva atenuada, lo que significa que contiene una versión debilitada del bacilo de la tuberculosis, que es capaz de estimular una respuesta inmunológica en el cuerpo sin causar la enfermedad.

Se administra típicamente a los niños, ya que se ha demostrado que es más efectiva en la prevención de formas graves de la tuberculosis en menores que en adultos.

No protege completamente contra la tuberculosis, pero ha demostrado ser efectiva en la prevención de formas graves de la enfermedad en niños, como la tuberculosis meningea y la tuberculosis miliar.

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También puede tener beneficios en la prevención de otras enfermedades respiratorias, como la neumonía y la bronquitis, y ha demostrado tener un efecto inmunomodulador en el sistema inmunológico, que podría ayudar a combatir otras infecciones.

Los efectos secundarios del tratamiento de la tuberculosis pueden incluir náuseas, vómitos, dolor abdominal, pérdida de apetito y coloración amarillenta de la piel o los ojos. También es común experimentar cambios en la visión y mareos.

Si se experimentan efectos secundarios graves, se le debe informar al médico inmediatamente.

Para prevenir la propagación de la tuberculosis, deben seguirse las recomendaciones del médico y tomar los medicamentos recetados, según lo indicado.

Además, el paciente debe cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar; y lavarse las manos con frecuencia.

Las personas que han sido diagnosticadas con tuberculosis deben evitar el contacto cercano con otras personas, hasta que ya no sean contagiosas.

Si no se trata, la tuberculosis puede causar daño permanente a los pulmones y otros órganos del cuerpo.

También puede propagarse a otras partes del cuerpo y causar infecciones secundarias.

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