Combatir la ansiedad, asequibilidad del producto o, incluso, moda o “presión social” son algunos de los principales motivos por los que algunas personas se inician en el hábito de fumar, una práctica común entre 1,33 billones de personas a nivel mundial, de acuerdo con la información más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero, ¿y qué tal si nos llenamos de motivos para dejar de hacerlo?
Otros de los efectos de fumar están asociados a la disminución de la probabilidad de quedar en estado de embarazo y el aumento de la posibilidad de presentar un aborto, deformaciones en el feto o el riesgo latente de defunción al momento de nacer el bebé. Para el caso de los hombres, este producto puede causar disfunción eréctil.
Así mismo, a propósito de la coyuntura de COVID-19, los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la COVID-19.
En contraparte, los beneficios de abandonar el consumo de tabaco van desde la normalización del ritmo cardíaco y la presión arterial, así como el aumento de la cantidad de oxígeno en la sangre, hasta el manejo de una mejor circulación y el mejoramiento de la respiración y, por consiguiente a todo lo anterior, el incremento de la expectativa de longevidad.
Si bien es claro que la cifra de fumadores en el mundo es altísima, en diciembre de 2019, la OMS anunció que, tras varias décadas de luchar contra la epidemia de tabaquismo, la cifra de fumadores cayó de 1,39 billones en el año 2000 a 1,33 billones en 2018, es decir, que aproximadamente 60 millones de personas que antes lo hacían, ya no fuman. Esto supone que contrario a lo que muchos pensarían, dejar de fumar sí posible.
La primera recomendación, aunque parezca trivial, es esta: cree en ti mismo. Múltiples experiencias de personas que ya no consumen cigarrillo mencionan que se trata de una batalla diaria y, la mayoría, tuvieron recaídas y retomaron al menos una vez este hábito. Cada paso de este viaje te servirá de aprendizaje y, por tanto, sin importar las dificultades, cree en ti y no veas el reincidir como un fracaso.
Debes tener en cuenta que es probable que experimentes varios obstáculos, como abstinencia por el deseo de nicotina, ansiedad, tensión, inquietud, frustración, impaciencia, problemas de concentración, somnolencia, insomnio, dolor de cabeza, incremento del apetito, subida de peso irritabilidad o depresión. Quizá a mayor cantidad de cigarrillos consumidos diariamente o años de tabaquismo mayor deba ser la dedicación para vencer este hábito.
Ahora bien, ¿es conveniente exigirnos una fecha? Cada persona es diferente y, en ese sentido, varían los métodos que a cada quien pueden serle eficaces. Hay algunos a los que les podría ser efectivo ponerse una fecha límite y existen otros a quienes les será más práctico intentar dejar de golpe. Así mismo, recuerda que hay pequeñas victorias para alcanzar la meta, por ejemplo, pasar de cuatro cigarrillos diarios a tres, mantenerse un día sin fumar y, en general, todas las acciones que denoten una disminución gradual en el consumo de estos productos sumarán para alcanzar nuestro objetivo final.
Tips para lograrlo
Desde Coosalud te enumeramos otras recomendaciones para que alcances el objetivo:
- Identifica las circunstancias en las que eres propenso a fumar, como los momentos de ansiedad o las reuniones sociales. Una vez definidas esas situaciones, tratar de disminuir estos detonantes representan una manera indirecta, pero efectiva, de suprimir el consumo de nicotina.
- Erradica el olor de humo de tabaco de tus pertenencias y desecha todos los cigarrillos que tengas en casa. De esta forma, conseguirás que que tu sentido del olfato sea un socio y no un enemigo frente a tu deseo.
- Ten un plan de emergencia en caso de querer fumar. Reemplazar esta acción por una o más actividades. Con esto, nuestro cerebro será un gran aliado para restarle importancia al fumar y dársela a otras prácticas de nuestro diario vivir. Así estaremos preparados con una respuesta rápida ante la tentación.
- Mantén a tus círculos sociales informados acerca de tu deseo por evitar el cigarrillo. Tus verdaderos amigos y seres queridos intentarán ayudarte y tratarán de ser conscientes de no realizar acciones que te puedan hacer recaer.
- Consumir varias porciones de comida al día, masticar goma de mascar o simular fumar con una pajilla son pequeñas acciones que hacen creer al cuerpo que se está supliendo la necesidad de fumar.
- Aumentar la actividad física, frecuentar lugares donde se prohíba fumar y asistir a reuniones con personas que también están tomando el camino de abandonar esta práctica te ayudarán a elevar la moral y aumentarán en ti resistencia al deseo de volver a fumar.
Por último, si fumas o aún no has tomado la decisión de no dar por terminada esta práctica, intenta hacerlo en lugares dedicados exclusivamente para ello, con el objetivo de no afectar a otras personas con el consumo pasivo.