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El ajedrez que cosecha grandes seres humanos

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Bairon, Alejandro, Camilo, David e Isabella son cinco hermanos que integran la familia Flórez, una dinastía de campeones de ajedrez, del barrio El Pozón, que ha transformado su cuadra a través de este deporte.

 

Estos cinco hermanos descubrieron su talento jugando por diversión con sus vecinos. Todas las tardes, al llegar del colegio, “echaban una partidita de ajedrez” con los más cercanos. Tiempo después se dio la oportunidad de entrar a la Escuela de Ajedrez de Coosalud en la que pudieron profundizar sus conocimientos y perfeccionar sus habilidades, sin saber que lo que había empezado como un hobby, se transformaría en pasión, disciplina, enfoque, y sobre todo, un impulso para cambiar positivamente su vida y la de sus vecinos.

 

Desde la primera victoria  que obtuvieron en ‘Ajedrez al Parque’, estos jóvenes no han parado de triunfar: los Juegos Intercolegiados, Supérate, los Juegos  Departamentales, la Liga de Ajedrez de Bolívar y el Campeonato Nacional de Ajedrez, en Montería, han sido solo algunas de los hazañas logradas por ellos.

 

Estos reconocimientos los han llevado a ser parte de los 17 jóvenes  incluidos en el Sistema de la Federación Colombiana de Ajedrez (FECODAZ), quienes reciben clases con la Liga de Ajedrez de Bolívar.
Isabella Flórez, de 7 años de edad, la menor de los hermanos, fue campeona de la categoría Sub 7  en  la reciente entrega de Ajedrez al Parque en El Pozón. Tras largos días de entrenamiento por parte de sus hermanos, sus padres, Alberto y Ludys, recuerdan cuánto le costó a su hija ganar esa categoría:

 

“Mi hijo Camilo lloraba  de la frustración cada vez que Isabella  no quería sacar el espacio para practicar. Esas mismas lágrimas las derramó al ver a su hermana con la medalla de campeona en el parque”, cuenta Alberto Flórez, padre de los niños.

 

La satisfacción de Alberto y Ludys, más allá de ver a sus hijos ganarse todos los campeonatos, es tenerlos alejados del pandillismo, las drogas, peleas y atracos, propios de este sector.

 

“Gracias a esta escuela, mis hijos no pierden el tiempo en la calle. Ellos llegan del colegio, practican ajedrez y juegan fútbol. Son niños sanos y felices”, resalta Ludys, madre de los campeones.

 

El impacto de este deporte en sus hijos ha sido tan importante, según ellos, que los niños tienen un mejor rendimiento académico, desarrollan agilidad mental, concentración y comprensión lectora, que se traduce en las notas que reciben período tras período.

 

Bairon, Alejandro, Camilo, David e Isabella coinciden en que sacarán a su familia adelante gracias al ajedrez, más allá del contexto social que golpea a la zona en la que nacieron.

 

Estoy seguro de que el enfoque y la disciplina nos llevarán lejos. Aunque también estudiaré Administración de empresas, porque quiero ser mi propio jefe”, expresa Bairon, el mayor de los hermanos”.

 

La escuela, un semillero juvenil. 

 

La Escuela de Ajedrez de Coosalud en Bolívar se inició en marzo de 2015 con 73 niños del barrio Olaya Herrera y 122 niños de El Pozón. Lo que empezó como un proyecto de ayuda y beneficio social, muy pronto transcendió y se convirtió en la plataforma de oportunidades y triunfos para muchos jóvenes de la zona suroriental de Cartagena.

 

“Siempre les digo a mis estudiantes que la vida es como un partido de ajedrez. Deben hacer la jugada correcta. Y para lograrlo, solo el análisis determina la jugada más conveniente. Si ganan, recibirán méritos y recompensas; pero si pierden, asumirán las consecuencias”, cuenta Ladianis Pérez, coordinadora de la Escuela de Ajedrez.

 

Para la maestra, la escuela de Coosalud es un semillero de talento que ha transformado la vida de jóvenes que no tenían otro destino que las calles y el pandillismo.

–¿Adivinen cuál es el plan de este fin de semana?-pregunta Ludys.

–Jugar ajedrez–responde la pequeña Isabella.

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