Un embarazo a temprana edad implica muchos riesgos de salud, económicos, psicológicos y sociales, tanto para la madre como el hijo. Estos riesgos aumentan en gran medida mientras más joven es la madre, llegando incluso a aumentar la probabilidad de mortalidad de los recién nacidos hasta en un 50% cuando la madre es menor de 20 años en comparación a las madres entre los 20 y 29 años.
Y aunque se ha reducido considerablemente el número de embarazos adolescentes en Colombia, en algunas regiones todavía sigue siendo un grave problema. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS), para el 2015 el 13,6% de las mujeres entre 15 y 19 años ya habían tenido su primer hijo y el 22% de los casos se dan en áreas de bajos recursos.
¿Por qué se produce este fenómeno?
Las causas son complejas y varían de persona a persona. Pueden ir desde factores biológicos, como una disminución en la edad de la menarquia (primera menstruación), hasta factores socioculturales, como el machismo o la pobreza:
- Educación sexual inadecuada: la falta de información verídica durante esta etapa de la vida pone en riesgo la capacidad de los adolescentes de tomar una decisión adecuada respecto a su sexualidad.
- Presión social u otros motivos culturales: el número de embarazos adolescentes es hasta 6,5 veces más alto entre adolescentes de bajos recursos. Sin embargo, otros factores como la presión del círculo social por iniciar la actividad sexual, la diferencia de edad entre las parejas o la supervisión de los padres también tienen una relación estrecha con la tasa de embarazos adolescentes.
- Falla en los métodos anticonceptivos: la utilización inadecuada de los métodos anticonceptivos, como el olvido de una píldora o la mala colocación del condón, pueden reducir su efectividad. De igual manera, el uso de métodos “tradicionales” (como el del ritmo) en lugar de anticonceptivos modernos, pone a los adolescentes en riesgo de embarazo.
- En algunos casos, violencia o abuso sexual: de acuerdo con la ENDS 2015, el 43,5% de las madres adolescentes tienen una diferencia de más de 6 años con el padre de su hijo. Esto deja en evidencia una asimetría desfavorable para las mujeres en temas de sexualidad.
¿Cómo podemos prevenirlo?
El problema del embarazo adolescente en Colombia es solo la punta del iceberg: se trata de muchos factores socioeconómicos y políticos que influyen en la toma de decisiones de las personas, por lo que prevenirlo requiere un esfuerzo integral por parte de la sociedad, las empresas y el Estado, una responsabilidad compartido.
La educación sexual es el pilar de las estrategias de prevención del embarazo adolescente, ya que abarca diferentes aspectos de la vida de los jóvenes y les permite tener mayor participación dentro de la sociedad. Es muy importante que trabajemos juntos para eliminar los mitos más comunes sobre sexualidad e informar a los adolescentes sobre su cuerpo y sus derechos sexuales y reproductivos.
Sin embargo, la educación no es suficiente. Los conocimientos se deben complementar con diferentes iniciativas, como garantizar el acceso a servicios anticonceptivos o promover nuevos valores en las comunidades a través de programas sociales.
Pensando en cifras:
- El 67% de los embarazos en Colombia no son planificados.
- El 17,4% de los embarazos ocurren en adolescentes entre 15 y 19 años.
- El 69% de las mujeres entre 15 y 19 años no usa anticonceptivos. El porcentaje en hombres es de 52,7%.
- El 8% de las colombianas utiliza métodos anticonceptivos “tradicionales”
Para enfrentarnos a esta realidad, desde Coosalud trabajamos constantemente para educar a las personas y brindarles las herramientas necesarias para desarrollar su sexualidad de forma segura, a través de diferentes iniciativas, entre estas, nuestra campaña ‘Hacerlo con responsabilidad está de moda’.
Si planeas tener relaciones sexuales, recuerda siempre usar un método anticonceptivo. ¡Cuidarte es tu responsabilidad y hacerlo con responsabilidad está de moda!