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La convivencia, el reto familiar durante el aislamiento

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En las últimas semanas, de acuerdo con información de la Fiscalía General de la Nación, se ha presentado un aumento significativo en los casos de violencia intrafamiliar en el país. Las llamadas a la línea de reporte, en las que se denuncia el maltrato –principalmente hacia la mujer– en el interior de los hogares, se han incrementado en un 210%.

Según expertos, esta situación se debe, entre otras cosas, al cambio abrupto en las interacciones sociales dentro las viviendas, producto de la pandemia por COVID-19 y la cuarentena obligatoria.

Al respecto, Velkys Llamas, psicóloga clínica y promotora de Programas de Riesgo en Coosalud EPS, afirma: “no estábamos acostumbrados a vernos durante todo el día, todo el tiempo, y a hacer tantas cosas juntos. Esto ha influido en que se puedan presentar más hechos de violencia intrafamiliar, ya sea hacia la pareja o hacia los hijos. Lo cierto es que esta, también llamada violencia silenciosa, se intensifica en la cuarentena de manera preocupante”.

Sin embargo,este tipo de violencia no solo está determinada por factores mediáticos o circunstanciales como la cuarentena, sino que obedece a aspectos como la desintegración social, pérdida de valores, crisis de pareja y de familia, educación y hasta índices de impunidad.

Ahora bien, si Colombia viene desde años atrás padeciendo con cifras altas de violencia intrafamiliar, con la medida de aislamiento social obligatorio se ha propiciado un escenario ideal para los violentos y, debido a que no existe una pedagogía clara para enfrentarlo, resulta complejo frenar el crecimiento de esta problemática, en la que los más afectados son las mujeres y los hijos. “La falta de un aprovechamiento del tiempo libre en pareja, en familia, puede igualmente influir en ambientes que favorezcan la activación de la violencia”, apunta Llamas.

Conscientes de este panorama, destacamos algunas recomendaciones para que la estancia en el hogar durante el aislamiento sea más llevadera, con el fin de preservar la salud física y emocional de nuestros usuarios:

Generar ámbitos de respeto

El respeto es importante en la familia, ya que permite acordar espacios, definir roles y, al mismo tiempo, aceptar las diferencias; lo que facilita entender que no todos los miembros de este equipo van al mismo ritmo, ni usan los mismos métodos. Un ejemplo sencillo de ello es que cada integrante tiene una forma distinta de tender la cama pero, al final de la tarea, el resultado es el mismo.

Plantear posiciones

Debemos entender que no todos pensamos igual y, por esta razón, la comunicación asertiva cumple un papel fundamental en la relación de familia y de pareja, nos ayuda a expresarnos de manera más cordial y a plantear la posición que tenemos frente a diferentes temas. Tal es el caso que dentro de una misma familia puedan existir posturas distintas frente a religión, política, deportes u otros campos que son parte del pensar y sentir individual y autónomo.

Buscar actividades

Pasar tiempo en familia permite el fortalecimiento de vínculos y, en ese sentido, es necesario fomentar ambientes en los que se pueda reforzar la integración e intimidad como familia y pareja; espacios de escucha y horarios que permitan la realización de tareas. Por ejemplo, cocinar colaborativamente, desempolvar el álbum de fotos, contar anécdotas o compartir un juego de mesa.

A su vez, Llamas resalta otro punto importante para la convivencia de las parejas en la cuarentena: “Si la violencia se da y está poniendo en riesgo mi vida o mi bienestar, el llamado es a denunciar, pero si es un tema más de convivencia y aprovechamiento del tiempo libre, se deben retomar prácticas sanas, como aquello que hacíamos cuando éramos novios: ver películas juntos, escuchar música, organizar una cena romántica o una comida familiar, momentos de los que nos hemos olvidado y hemos abandonado por la fatiga del día a día. Es, en resumen, volvernos a enamorar; recordar qué fue lo que me llevó a tomar la decisión de elegir a esa persona para compartir la vida juntos; ser afectivos manteniendo una comunicación asertiva, no agresiva”.

¿Y de qué manera logramos esto? La especialista lo argumenta así: “Resulta imprescindible aprovechar estos escenarios y ambientes íntimos para desarrollar momentos de sinceridad, serenidad y conciliación; sencillamente es expresar lo que siento y pienso, lo que me incomoda o me disgusta, sin lastimar, sin ofender y sin agredir a la otra persona”.

Por otra parte, son múltiples los retos que se presentan relacionados con el manejo de la autoridad dentro de la familia. Si ninguno de los padres históricamente ha tenido claridad de cómo establecer ese liderazgo, imponerlo de un día para otro puede generar caos en la familia. “Y entonces tildamos a los menores de desobedientes, de rebeldes. Por eso, sentar las pautas de crianza desde temprana edad es responsabilidad de los padres”, indica Llamas.

La invitación es a que el confinamiento sea una oportunidad para la reflexión y no para el temor. Esta experiencia nos debe conllevar a enseñanzas personales y familiares, a retomar las oportunidades para regalar tiempo de calidad y para fortalecer los lazos de fraternidad en la familia.

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