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La sonrisa, su mejor aliado para afrontar la lucha

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Jhon Umaña, Miriam Arias y Edgardo Reales son tres de los rostros detrás de esta enfermedad que afecta a más de 416.000 personas en Colombia. A la fecha, en Coosalud EPS, entidad a la que se encuentran afiliados, son atendidos más de 15.700 usuarios en las diferentes manifestaciones de esta patología. En el Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora cada 4 de febrero, destacamos las historias de estos pacientes que están “luchando con una sonrisa”.   

“Sí, tienes cáncer, pero el “lado positivo” es que te tocó bailar con la menos fea”. Con esta expresión, propia de la idiosincrasia costeña, el médico tratante de Jhon intentó minimizar el impacto que tendría para un joven de escasos 20 años enfrentarse a ese diagnóstico.   

A través de la analogía, el doctor trataba de transmitirle que, si bien le había sido detectada la enfermedad Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático, su identificación se había dado en etapa temprana, lo que cual facilitaría la efectividad del tratamiento y hacía más esperanzador su pronóstico de vida.

En Colombia existen más de 416.000 personas diagnosticadas con algún tipo de cáncer, de los cuales más de 37.000 corresponden a casos nuevos reportados, de acuerdo con cifras registradas por la Cuenta de Alto Costo, a corte de 1 de enero de 2021, las más recientes disponibles.    

“Fue hace unos cuatro años. Yo llegué al centro médico, digamos, un lunes, solamente a hacerme una ecografía toráxica, porque había estado con una tos permanente, y salgo el viernes con la noticia: tienes cáncer. Obviamente quedé anonadado. Uno piensa que con 20 años sus únicos problemas son estudiar, querer trabajar y, o sea, chocarte con esta realidad, que conlleva múltiples responsabilidades, porque eso es el día a día tuyo, mucha responsabilidad, es un cambio de vida impresionante. A la semana (del diagnóstico) ya estaba en quimios”, comenta el joven, nacido en Santa Marta.    

Más o menos hacia la misma época en la que Jhon fue diagnosticado, en otro lado de la capital magdalenense estaba Edgardo Reales, quien, para entonces, tenía 46 años y recientemente se había culminado su vinculación laboral como conductor en una compañía de productos lácteos. Unos siete meses atrás, mientras trabajaba en el vehículo, se había golpeado en una zona de su entrepierna derecha y le salió una “bolita” pequeña, que comenzó a crecer paulatinamente.    

“Me empecé a preocupar porque, cada vez que me bañaba, la notaba más grande y sentía una picazón por dentro, una rasquiña. Entonces como ya no estaba trabajando, una prima me ayudó a hacer los trámites para afiliarme a Coosalud a través del Sisbén”, relata.    

Y continúa: “Me atendieron en la Clínica Mar Caribe y allí me mandaron a hacer varios exámenes. Al final, me detectaron un tumor maligno y el doctor Záccaro, mi médico, me dijo que ese tumor era muy agresivo, que debían operarme rápido, de emergencia”.    

En ese momento, se llenó de temores. El mayor de ellos es que tuvieran que amputarle la pierna, teniendo en cuenta el tamaño que había alcanzado la masa. Por fortuna, eso no fue necesario.      

Después de la cirugía, estuvo alrededor de dos meses en reposo antes de comenzar con las radioterapias. Le programaron 27 sesiones. Seguidamente, debido a que hubo células cancerígenas que quedaron adheridas al músculo tras la intervención quirúrgica, pues si hacían cortes por esa zona se corría el riesgo de que Edgardo sufriera de cojera, le ordenaron seis sesiones de quimioterapias. Durante esos días, para distraerse, se dedicó a fabricar señuelos para su oficio de pescador. Logró hacer alrededor de 70 piezas de diferentes formas y tamaños.    

En el caso de Miriam Arias –otra de los más de 15.700 afiliados a Coosalud EPS incluidos en la cohorte de cáncer–, los antecedentes familiares fueron el punto de partida para detectar la enfermedad en su organismo. Su madre había fallecido por un cáncer de estómago, por lo que el médico tratante les recomendó, a Miriam y a sus hermanos, que se practicaran una endoscopia, procedimiento que permite explorar ese órgano. Sin embargo, pasaron alrededor de cuatro años hasta que esta santandereana, de 59 años, recordara este consejo, pues nunca notó ninguna señal de alerta que le hiciera sentir que algo andaba mal.    

Luego de un par de estudios de confirmación, el diagnóstico fue certero: también tenía cáncer gástrico. Después, vino la cirugía y, seguidamente, las quimioterapias que ha mantenido permanente. Pero no son en una sala de procedimientos. Su tratamiento, desde entonces, consiste en tomarse una pastilla diaria después del almuerzo.    

De acuerdo con Carlos Calderón, oncólogo clínico del Hospital Internacional de Colombia (HIC), institución que forma parte de la red de servicios de Coosalud, el de Miriam se encuentra dentro de los tipos de cáncer con mayor incidencia en el país, listado en el que están incluidos también el de próstata, el de colon y el de cuello uterino, y que es encabezado por el de mama.    

Viviendo con esperanza  

De su experiencia con el cáncer, Jhon Umaña resalta que este le ha enseñado a ser una persona más sensible, más humana. Hoy, este joven carismático y ‘mamador de gallo’, como él mismo se describe, se encuentra en proceso para ingresar a protocolo de trasplante. Una médula ósea renovada sería la encargada de alejarlo de las sesiones de quimioterapias que lo han acompañado en estos últimos años.    

“Me volví un amante de la vida, me encanta la vida”, manifiesta este apasionado por la naturaleza, que sueña con conocer Machu Picchu, en Perú.    

Para Miriam, lo primordial en su recuperación ha sido seguir los consejos de sus especialistas. “Alimentarse bien, no tomar gaseosas, ni otras bebidas azucaradas, ni consumir enlatados como atún y salchichas; dormir bien, hacer ejercicio regularmente”; pero, sobre todo, recalca la importancia de mantenerse tranquila y contar con el acompañamiento de la familia que, en su caso, han sido su esposo, sus tres hijos y sus dos perros: Bruno y Joy.    

En ello coincide Edgardo, quien hace énfasis en lo imprescindible de “no aferrarse a la muerte, ni a la enfermedad”. “Creo que funciona mucho ponerse una meta. La mía, por ejemplo, era ver crecer a mi nieta, que la vida me regalara la oportunidad de compartir con ella”.    

Hace cinco meses, fue declarado libre de cáncer. Ahora puede dedicarse de lleno a la pesca.   

Acerca de la conmemoración   

El Día Mundial contra el Cáncer se conmemora cada 4 de febrero como una iniciativa en la que el mundo se une en la lucha frente a esta epidemia global. Unido a esta conmemoración, Coosalud lanzó la campaña ‘Luchando por una sonrisa’, con diferentes acciones socializadas entre afiliados y colaboradores.  

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