A todos nos tomó por sorpresa la llegada del covid-19 a Colombia. Muchos pensamos que quizá no saldría de Asia y Europa. Sin embargo, el 6 de marzo, luego de confirmarse el primer caso positivo de la enfermedad en el país, esta percepción cambió y, desde ese día, comenzaron los cambios en nuestra cotidianidad, el más significativo: la obligatoriedad de quedarse en casa para detener la expansión del virus.
Viviendo la cuarentena en la piel de una madre
Francys Caballero vive con su hija de 10 años, Nohelia, trabaja en una fundación y es madre soltera. En casa solo son ellas dos y los muñecos de su hija y, al igual que muchas mamás, no solo le ha hecho frente al covid-19 con los cuidados recomendados, sino también a la cuarentena, por lo que ha tenido que cuadruplicar esfuerzos para cumplir con sus compromisos laborales, personales, los quehaceres del hogar, ayudar a Nohe (como le dicen de cariño) con sus tareas, mantenerse en forma y saludable para evitar enfermarse, entre otras actividades.
“Inicialmente creé un plan para organizar todo, pero los cambios en mi trabajo, así como las tareas del hogar, me dieron bastante duro. Estaba acostumbrada a tener a alguien que me ayudara en la casa desde que la niña nació. Afortunadamente la formación que me dieron mis tías y mi madre era siempre ayudar en las labores domésticas. Lo que nunca me gustó fue cocinar, pero para las cosas de la casa siempre desde niña me acostumbraron a hacerlas. No tengo ningún problema en dejar a un lado el computador y los títulos y tomar una escoba o hacer una comida en mi casa”, afirma Francys.
Cuando Francys se enteró del virus y de la medida de aislamiento preventivo, no pudo evitar sentir miedo por lo que iba a acontecer. En el caso de Daniela González, afiliada a Coosalud, casada y mamá de Alejandro, de un año y medio, lo primero que sintió al enterarse de la cuarentena fue alivio. Ella comenta que, al principio, no tenía un planificado una organización para el cambio de rutina en casa y, junto a su esposo, optaron por improvisar día a día, hasta que se vio en una situación complicada y todo cambió.
“Lo más difícil fue la semana en la que la niñera del niño me dijo que quería estar con su mamá. Ahí sí ya nos tocó organizarnos, ponernos en cintura mi esposo y yo, y empezar a establecer horarios y turnos para las labores. Durante esos días me tocaba trabajar hasta altas horas de la noche para poder compensar las horas que no había podido trabajar en el día, porque estaba con el bebé, y pues por su edad requiere muchísima atención. Yo trataba de ponerle juegos y todo, pero se aburre muy rápido”, comentó Daniela.
Aunque las realidades de ambas mujeres son distintas, ellas tienen un punto en común: ¡son mamás! y las mamás, además de ostentar ese gran título, tienen muchos más: son médicas, enfermeras, chefs, odontólogas, psicólogas, estilistas, diseñadoras de moda, maestras, en fin… muchas profesiones que, aunque, no las hayan estudiado oficialmente, se han esmerado por aprenderlas para cuidar a sus hijos y a toda su familia.
Siempre se han caracterizado por hacer y lograr cosas fuera de lo común, pero esta vez, han sobrepasado los límites.
Durante esta época la tarea no ha sido fácil para ellas; algunas deben tener sus manos un poco maltratadas por las labores de la casa, no han podido arreglar su cabello como desean, no se han dedicado un poco de tiempo, no han tenido un espacio para ayudar a sus pequeños a hacer las tareas, les ha tocado aplazar algunos de sus compromisos laborales, no están con toda su familia, se sienten agotadas e incluso, han llegado a pensar que no van a poder lidiar con esta situación, sin embargo, creemos que ellas son a prueba de cuarentena.
Pueden cambiar la circunstancia más difícil en algo positivo
“A mi hija se le hizo realidad el sueño de tenerme en casa todo el día. No es la mejor manera, ni el mejor motivo, pero a lo malo hay que sacarle la mejor partida. Generalmente en la tarde, tipo 5 o 6, no tiene clase, así que nos ponemos a estudiar. Tratamos en las noches de hacer un poquito de ejercicio de estiramiento, bajamos a la terraza, jugamos a la peregrina o subimos a la terracita del edificio a ver el atardecer y a tomar aire. Inventamos alguna comida diferente o vemos una película. Un invento para que mi hija no se aburra ha sido celebrarles los cumpleaños a los muñecos; a ella le encantan los cumpleaños y, bueno, como no hay amiguita que celebrar físicamente, tuvimos que optar por los muñequitos”, cuenta Francys.
Sacan fuerzas de donde no las hay
“Yo me canso, es súper agotador, es difícil, es un ejercicio mental constante de seguir adelante. Pero no puedo decir “hoy tiro la toalla”, no, no existe eso”, asegura Daniela.
Francys, por su parte, afirma: “Si hay una lección que me ha dejado esta cuarentena es que las mamás y las mujeres, todo lo pueden. Yo he tenido días en los que he amanecido por lo menos con dolor de cabeza y dolor en el cuerpo. No tengo tiempo para enfermarme, me cura la misma actividad, las mismas ganas de no achantarme en la cama, porque si yo me enfermo y caigo quién hace el aseo, quién hace la tarea, quién cocina, quién atiende los temas del trabajo. En estos tiempos la palabra incapacidad no existe y la frase “no se puede” está más que vetada”.
Miran el futuro con esperanza
“Después de que pase todo esto mi vida cambiará mucho. Comenzando por la conciencia de limpieza y de aseo. Antes no era tan consciente de lavarme las manos tan frecuentemente o del peligro que había en coger algo que se cayó al piso y ponerlo en la mesa sin lavarlo. Voy valorar más cada minuto, cada instante de esparcimiento con mi familia; el domingo, en el almuerzo con mi suegra, con mi mamá cuando puedo verla; valoraré todos esos momentos y trataré de que sean más y sean más seguidos”, afirma Daniela.
Es impresionante lo que mamás como ellas, y millones de ellas alrededor del mundo, han tenido que hacer para seguir adelante y mantener a sus hijos y sus familias en pie; han sido unas heroínas más durante esta pandemia y, por ello, no solo merecen un día de aplausos, sino toda una vida de admiración.
Hoy, aprovechamos esta fecha, para decirles “¡gracias!”, por sorprendernos cada día y confirmarnos que las mamás todo lo pueden. Si eres mamá y estás leyendo, te invitamos a repetir estas palabras: “Yo quiero, yo puedo y yo soy capaz”.
¡Feliz Día de las Madres!