Mitos y verdades sobre la lactancia

Existen muchos mitos alrededor de la lactancia que pueden confundir o preocupar innecesariamente a las nuevas madres. Es fundamental dejarlos a un lado para apoyar una experiencia de lactancia positiva y saludable. A continuación, desmentimos algunos mitos comunes y te proporcionamos la verdad para que estés bien informada.

Mito 1:

Necesitas preparar los pezones para la lactancia

Realidad: no es necesario realizar preparaciones especiales en los pezones para la lactancia. Tu cuerpo se adapta naturalmente. La clave para una lactancia exitosa y sin dolor es asegurarse de que el bebé tenga un buen agarre y una posición correcta.

Mito 2:

El tamaño del pecho determina la cantidad de leche que puedes producir

Realidad: esto es completamente falso. La capacidad de producir leche NO depende del tamaño del pecho. Todas las madres, sin importar el tamaño de sus pechos, tienen el potencial de producir la cantidad de leche que su bebé necesita.

Mito 3:

La leche materna no es suficiente para satisfacer al bebé

Realidad: la leche materna es perfecta y se adapta a las necesidades de tu bebé en diferentes etapas de su crecimiento. Está diseñada para ser el alimento exclusivo durante los primeros seis meses de vida y, luego, puede continuar usándose con alimentación complementaria.

Mito 4:

Ingerir ciertos productos, como la gaseosa, causa cólicos en el bebé

Realidad: los alimentos que consumes no causan directamente cólicos en tu bebé. Lo que comes va a tu estómago y solo ciertos nutrientes pasan a la leche materna. Sin embargo, en casos específicos como la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), es necesario ajustar la dieta. Además, recuerda que es importante mantener una alimentación sana, para tu bienestar.

Mito 5:

Tu bebé usa el pecho como chupo

Realidad: cuando tu bebé busca el pecho, no es solo por hambre, sino también por consuelo y contención. Es una parte natural y saludable de su desarrollo emocional y físico.

Alerta dolor

Importante: si experimentas dolor durante la lactancia, debe ser abordado por un profesional de la salud. El dolor puede ser señal de problemas que necesitan tratamiento, como grietas en los pezones, mastitis o bloqueos. No es normal y no deberías esperar a que desaparezca solo.