Como Georgina, muchas veces subestimamos esos pequeños síntomas que pueden salvarnos la vida. ¡Escucha a tu cuerpo y prioriza tu salud!
En el corregimiento de El Tablón, ubicado en jurisdicción del municipio de San Marcos, Sucre, la vida es sana y tranquila. Por lo menos así lo percibe Georgina del Carmen Genez Oviedo, una hija adoptiva de este territorio al que llegó hace poco más de 20 años. “Por motivos de violencia, nosotros fuimos desplazados de nuestro pueblo, no porque perdimos ningún ser querido, gracias a Dios, sino porque en la vereda donde vivíamos los niños no podían estudiar. Tenía a mis hijos de 14 y 15 años y no podían terminar los estudios, porque no había maestros. Entonces, el mismo Gobierno nos aconsejó que, si teníamos familia por fuera, pues mejor era irnos para que los niños estudiaran y así evitaríamos que se los llevaran para los grupos armados”, relata la mujer, que actualmente tiene 57 años.
En El Tablón, Georgina llevaba una vida sencilla, marcada por el trabajo en el campo y el cuidado de su hogar. Sin embargo, una masa en su seno, ignorada por años —como ella misma reconoce—, se convertiría en un llamado de atención que cambiaría su rutina. “La verdad, no le había prestado atención. Acá me decían: «No, eso debe ser un quiste». Y pues, yo seguía como si nada; incluso, me iba a trabajar con el compañero (refiriéndose a su pareja sentimental), hasta Venezuela fui a tener un tiempo. Después que vine de allá fue que fui a hacerme la mamografía”, refiere, recordando el momento en que finalmente decidió acceder a atención médica.
Y continúa: “Una muchacha que trabaja para Coosalud —EPS a la que es afiliada—, me vino a visitar y me inscribió para hacerme la mamografía. Eso fue más o menos en abril del año pasado, de 2023. Inclusive, un día antes (del procedimiento programado), me llamaron para que no fuera a fallar. Al día siguiente, vino un carro (unidad móvil) acá a San Marcos y yo asistí”.
A los siete días llegaron los resultados del procedimiento. Tras este, le practicaron una ecografía y, de inmediato, fue remitida a consulta con ginecología, a través de la cual le ordenaron una biopsia que fue concluyente: un cáncer de seno que, afortunadamente, fue detectado a tiempo. “Bueno, en el momento, sí, eso no es fácil para uno recibir una noticia de estas, porque usted sabe que ya una masa maligna preocupa a cualquiera”, confiesa.
No obstante, Georgina no se dejó vencer por el miedo. Con el apoyo de su familia, incluidos sus dos hijos, amigos y, además, de su comunidad, inició el tratamiento que consistió en una cirugía para extraer parte de su tejido mamario. “Yo al principio no quería, porque mi cuerito nunca había sido tocado por ninguna clase de cuchilla, de bisturí. Pero el doctor me dijo: «No, no tengas miedo, no te va a pasar nada, simplemente vamos a sacarte “eso”, para que más tarde no vayas a perder el seno»”, comenta.
La intervención quirúrgica fue el 31 de agosto de 2023 en Sincelejo. Su compañero sentimental, Anselmo Sánchez, la acompañó. Ingresó al quirófano a las 11 de la mañana y reaccionó a las 4 de la tarde, cuando ya el procedimiento había finalizado.
Ese mismo día recibió el alta médica. Significaba que la cirugía había sido exitosa. Durmió en un hogar de paso gestionado por la EPS en Sincelejo y al día siguiente regresó a su hogar. Cada ocho días, se trasladaba a la capital sucreña para que le hicieran sus curaciones.
A pesar de que para ella se trató de una prueba muy dura, Georgina siempre mantuvo una actitud positiva. “Tener un poco más de fe, creer en Dios, porque Él es el único que nos da la vida”, afirma con convicción. Su fe, junto con el amor de sus seres queridos, fueron su fuerza impulsora.
Hoy, Georgina se encuentra recuperada. Debe asistir cada tres meses a consulta con especialista para seguimiento y se toma juiciosa una pastilla diaria, por las noches, ordenada por su médico tratante. Los exámenes más recientes confirman que está libre de cáncer. Su historia es un recordatorio de la importancia de la detección temprana y del cuidado de la salud. “Yo sabía que yo tenía algo y no le prestaba atención y hoy en día me pesó duro, porque si eso me lo hubieran hecho en tiempo, o sea, eso no hubiera estado tan avanzado”, reflexiona.
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