fbpx

Síguenos

Pacientes de Coosalud podrán atenderse en el más grande centro para manejo integral de cáncer en Colombia

Compartir en redes

La EPS incluyó al Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer Luis Carlos Sarmiento Angulo, en Bogotá, dentro de su red prestadora de servicios. Esta entidad que también atiende a afiliados provenientes de otros territorios, como Guainía y Valle del Cauca es un referente en Latinoamérica en el manejo de esta patología e implementa tecnologías como el ‘CyberKnife’ para administrar radiocirugías.

Cuando Otto Segundo Palacios Bastidas entró al quirófano, la hemoglobina alcanzó a bajarle a 1,4 —como él mismo lo recuerda—. Los niveles normales de esta proteína en un hombre adulto deben ubicarse entre 13,8 a 17,2 gramos por decilitro (g/dL), por lo que, evidentemente, su condición de salud era delicada. Había llegado ese mismo día a Bogotá, casi inconsciente, en una avioneta ambulancia, remitido desde Cali.   

Arribó directamente a las instalaciones del Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer Luis Carlos Sarmiento Angulo (CTIC), institución que, desde principios de septiembre de 2022, forma parte de la red de servicios de Coosalud, EPS a la que Otto es afiliado.   

En cuanto ingresó al centro asistencial, un equipo médico interdisciplinario lo recibió. Urólogos, internistas y oncólogos, entre otros especialistas, organizaron una junta médica “exprés” para estudiar las alternativas. Para ese momento, su hemoglobina estaba en 1,9.   

El urólogo que decidió ponerse al frente de su caso —en sus palabras, “un jovencito”— les explicó a los hermanos de la congregación religiosa a la que pertenece que, si no le hacían la operación, no habría muchas probabilidades de que sobreviviera, mientras que, aunque era riesgosa por la complejidad de su cuadro clínico, podían hacerla en espera de resultados satisfactorios. Sin pensarlo dos veces, sus compañeros firmaron el consentimiento.  

Con exámenes previos, en su natal Buenaventura (Valle del Cauca), a Otto le habían detectado un tumor cancerígeno en la parte interna de la vejiga. “Al principio, estaba creciendo de forma paulatina y, luego, a pasos agigantados y eso, posiblemente, iba a acabar conmigo, pero, gracias a Jehová, no fue así. (…) Yo iba al baño y orinaba sangre, en cantidad, con coágulos como de una onza, y sentía mucho dolor”, relata el usuario, de 71 años.   

“El médico dijo: «Primero, atendamos lo principal, que es el derrame sanguíneo, vamos a cortar y a cauterizar la zona que lo está generando». Y eso, precisamente, fue lo que hicieron; pero, al mismo tiempo, él dijo: 

«Bueno, ya paramos el derrame sanguíneo, por qué no procedemos y sacamos el tumor enseguida». Y así fue, lo sacaron y, con un láser, cauterizaron la vejiga. Y me restauraron, quedé como nuevo otra vez, mire que ahora mi orina es más clarita que la de cualquier otra persona y ya no me duele nada”.   

La intervención quirúrgica duró cerca de tres horas. En esta, respetando sus creencias religiosas, no se le hizo ninguna transfusión sanguínea, gracias a que existen tecnologías para realizar los procedimientos de esta manera y en CTIC están disponibles. “Los siervos testigos de Jehová no aceptamos sangre”, apunta, al tiempo que reitera que, tras la cirugía, se ha sentido muchísimo mejor, ha tenido una recuperación favorable y el cuerpo médico continúa monitoreando su estado de salud.   

“Se mantienen muy pendientes, ya hasta me aburren, a cada ratico es «Otto, esto, Otto, aquello» —comenta entre risas—. Unas veces les digo: «Ay, ya, váyanse de aquí», pero siguen viniendo a revisarme y a conversar conmigo, a preguntarme que cómo estoy, que si siento dolor y eso”. 

Atención integral e interterritorial

A la fecha, alrededor de 300 afiliados de Coosalud —incluido Otto—han sido atendidos en CTIC desde que se formalizó la contratación con la EPS. En esta institución, referente latinoamericano en atención oncológica, se prestan más de 50 servicios distintos para el cuidado y rehabilitación de los usuarios, entre hospitalarios, de consulta externa, quirúrgicos y diagnósticos y de apoyo terapéutico, como quimioterapias, radioterapias, psicología, medicina nuclear, neurocirugía y terapia ocupacional.   

Entre sus servicios ofrecidos más destacados se encuentra la implementación de ‘CyberKnife’, un sistema no quirúrgico utilizado para administrar radiocirugía en el tratamiento de tumores benignos y malignos, en zonas como el cerebro y los pulmones, y otras afecciones médicas. Esta innovación tecnológica se enfoca en el concepto de medicina de precisión.  

De acuerdo con Cristina Amaya Hoyos, subdirectora de Comunicaciones de CTIC, la entidad abrió sus puertas el 21 de julio de 2022, en la carrera 14 # 169 – 49, con el propósito de reforzar la necesidad de los pacientes por centros especializados para el tratamiento de cáncer y, a su vez, en beneficio del sistema de salud. “Para nosotros, por ejemplo, es muy importante recibir pacientes de Coosalud que han llegado desde Guainía, Valle del Cauca, Boyacá, es decir, no solamente estamos atendiendo pacientes de Bogotá, sino de todo el país, y ese es uno de nuestros objetivos principales, tener una cobertura no solamente local, sino nacional, y también latinoamericana”. 

Precisamente desde el departamento de Guainía fue trasladado Saúl Moisés Patiño León, quien ingresó a CTIC remitido del Hospital Manuel Elkin Patarroyo de Inírida, debido a una afección en sus vías respiratorias.  

Hace poco más de un mes, el joven —de 28 años y nacido en la comunidad indígena El Palomar— había comenzado a experimentar síntomas que se fueron agudizando con el paso de los días. “Fue mientras estaba en la casa de mi hermana, en Inírida. Primero, sentí escalofríos; después, como que la barriga se me hinchó, o sea, no estaba hinchada, pero la sentía así, y no podía ir al baño. Así me regresé a la comunidad, pensando que era algo pasajero. Allá fue donde más me atacó la molestia, como que la respiración se me iba cuando caminaba. Luego, empecé a tener diarrea, como durante dos semanas, y cuando caminaba, me ahogaba; en la noche, me daba escalofríos, pero no tanto, lo que más me atacaba era la respiración”, explica.   

Como la enfermedad continuaba evolucionando, sin signos de mejoría, y no cedía con los remedios de la medicina tradicional, sus familiares decidieron trasladarlo al municipio de Barrancominas. Según apunta Saúl, el recorrido entre su comunidad —asentada en las riberas del río Guaviare— y dicho municipio tarda un día completo por vía fluvial, la única alternativa de transporte disponible en la zona.  

Al centro de salud de Barrancominas llegó con un cuadro respiratorio complejo. Allí le controlaron los síntomas y permaneció alrededor de seis días. hasta que le detectaron líquido en uno de sus pulmones, razón por la cual tuvo que ser enviado a Inírida, la capital guainiana. El trayecto entre ambos municipios demora dos días por río. 

Tras cuatro días internado en el hospital de Inírida y, teniendo en cuenta que requería ser atendido en una institución de mayor complejidad, fue remitido finalmente a CTIC, donde fue intervenido quirúrgicamente para extraerle el líquido y permanece en observación para darle continuidad a su tratamiento.

 

Comparte tu opinión

Ir al contenido