A propósito del Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora este martes 19 de octubre, Coosalud comparte los casos de Karen, Priscila y Carolina, sobrevivientes de esta enfermedad. Las tres hacen parte del programa Cuidadores, gracias al cual la entidad realiza un seguimiento más personalizado a sus usuarios.
Más de 462.000 mujeres en las Américas son diagnosticadas al año con cáncer de mama, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). De esa realidad no pudo escapar Carolina Chaparro Espinosa, de 32 años, a quien le detectaron esta patología en 2020.
“Descubrieron que tenía cáncer por unas “pepitas” que me salieron en el seno, eran muy chiquititas. Yo estaba lactando y la niña tenía 6 meses de nacida. Entonces fui al médico, me mandaron una ecografía y el resultado fue un tumor 99% maligno”, relata la joven, residente en el municipio de Toledo, en Norte de Santander, ubicado a unas cinco horas de su capital, Cúcuta.
Carolina, afiliada a Coosalud EPS, recibió atención inmediata y continuó su tratamiento asistiendo a citas de seguimiento de la enfermedad, con ginecología y oncología. Luego de tres meses, una biopsia arrojó que la “pepita” era un carcinoma en su mama derecha.
Con el propósito de mantenerse más cerca de su población afiliada y mejorar la salud y calidad de vida de los usuarios, principalmente de aquellos con patologías crónicas o que requieren mayor atención, la EPS creó la estrategia Cuidadores Coosalud, la cual, como su mismo nombre lo indica, consiste en asignar un cuidador al afiliado para proporcionarle acompañamiento, orientación y apoyo.
Los usuarios pertenecientes a este programa están divididos por cohortes, entre las que se destacan la cardiovascular, la de hemofilia, la de gestantes, la de VIH y la de cáncer. Carolina fue incluida en esta última.
Tras su diagnóstico, recibió quimoterapias y radioterapias durante todo el 2020, para destruir las células cancerígenas de su organismo.
«Me hicieron la mastectomía y pues, en estos momentos, estoy en controles. Gracias a Dios han salido limpios los exámenes. Estos me los habían hecho cada cuatro meses y preciso esta semana obtuve los últimos resultados y, afortunadamente, todo salió bien”, dice Carolina con alegría.
Y agrega: “Cada mujer debe hacerse el autoexamen y, si sienten algo diferente en el seno, algo que no les convence, acudan al médico, porque la vida es una sola”.
El autoexamen es importante, pero no suficiente
Priscila Cano López tiene 58 años, es viuda, madre de dos hijos y abuela de cuatro. A pesar de que ella se realizaba el autoexamen con regularidad, su tumor estaba muy escondido, de manera que necesitó un estudio especializado para ser diagnosticada.
“Mi historia fue un poco atípica, porque no experimenté ningún síntoma, sino que me identificaron el cáncer a través de un examen que me hice, la mamografía, en Coosalud, mi EPS, que en esos días estaba haciendo en una campaña para las mujeres de mi edad”, relata.
Además del autoexamen, que es importante incluirlo en la rutina, independientemente de la edad,se recomienda que las mujeres a partir de los 40 años se hagan una mamografía anualmente.
Priscila comenzó a afrontar esta enfermedad, con la que, al principio, no estaba familiarizada, pero al descubrir a lo que se enfrentaba, se tomó un tiempo para darle la noticia a su familia. “Salí y me vi con una amiga muy cercana y me desahogué, lloré. En una reunión familiar, dos semanas después, fue el momento en el que pude compartir mi situación con mis seres queridos, con mucha serenidad y, a la vez, pedirles que estuvieran ahí conmigo, que me apoyarán”.
Para sobrevivir al cáncer, Priscila, oriunda de Cúcuta y residente en el municipio de El Zulia, también en Norte de Santander, recibió 16 quimioterapias, 37 radioterapias, una mastectomía y tiene controles cada tres meses. Actualmente se encuentra en la etapa final de un tratamiento de hormonoterapia prescrito por cinco años. “Funciona como una quimioterapia, pero es una pastillita que me tomo todos los días religiosamente, ya este año las termino”.
A la fecha, la EPS tiene 3.292 usuarios con cáncer de mama incluidos en el programa de Cuidadores y se han realizado 207.200 atenciones para esta población. Entre 2016 y lo que va corrido de 2021 se han practicado 154.904 mamografías.
Con el fin de lograr el acceso del mayor número de personas al programa, la EPS ha trabajado en tres aspectos: articulación de los diferentes roles que intervienen en la atención y cuidado de los afiliados, articulación con la red prestadora de servicios y contacto personalizado con los usuarios.
Aunque Priscila acepta que la pérdida de cabello y uñas la afectaron un poco, está agradecida por tener una segunda oportunidad: “Dios, mi familia y Coosalud me apoyaron mucho para salir adelante y estar como estoy ahora”.
Y adiciona: “Algunas mujeres tendemos a no prestarle mucha atención a este tema. Hacernos el examen es importantísimo. Entonces, hay que dejar el temor, porque he visto a muchas mujeres que, por miedo a los estudios, esperaron a que el cáncer estuviera muy avanzado, pero ya era demasiado tarde”.
Según la OMS, al año mueren 100.000 mujeres en las Américas a causa de esta patología. Teniendo en cuenta este panorama, por estos días, Coosalud lanzó la campaña ‘Tómate a pecho la vida’, con el fin de generar consciencia acerca de la importancia de la detección temprana para contribuir a la disminución de la mortalidad en esta población.
Tendencias hereditarias
Karen Lorena Beleño tiene 39 años y fue diagnosticada con cáncer hace cuatro. “Cuando yo recibo el resultado de la biopsia, no lo podía creer, y yo decía que, a mis 35 años, ¿por qué a mí? Pensaba en mis hijos, más que todo, por la edad de ellos todavía ameritaba que tuvieran a su madre al lado y ahí le pedí a Dios, comencé a orarle”.
Si existen antecedentes familiares de cáncer se aumenta la probabilidad de adquirirlo. “Yo no fallé en la prevención, porque en la familia hay registros de cáncer, aunque cuando me confirmaron la patología, me tomó de sorpresa”, apunta Karen.
“Yo le digo a las mujeres que la actitud y la perseverancia son muy importantes para afrontar esta enfermedad, hay que ser valiente”, afirma la mujer, a quien le realizaron histerectomía y, además, le retiraron la matriz y los ovarios.