Si tienes mascota o estás pensando en adquirir una, es posible que te preguntes si el COVID-19 puede contagiarla, o bien, si puede transmitirse el virus a través de ella.
Descuida, los datos obtenidos mediante estudios científicos recientes han arrojado que las mascotas no se contagian con el COVID-19*. No obstante, hay que tener en cuenta que estas también podrían considerarse una “superficie” donde puede albergarse el virus. En ese sentido, la principal recomendación desde el Ministerio de Salud y Protección Social es mantenerlas aseadas y desinfectadas. Si salimos a la intemperie con estas, es imprescindible que al volver a nuestra casa limpiemos sus patas, hocico, cola y lomo, preferiblemente antes de ingresar a la vivienda.
Pero ojo, ¡no exageres! No hay necesidad de usar desinfectante o alcohol, pues podrías irritar su piel o causarles estornudos; basta con emplear una toalla humedecida (de uso único para este fin) o un pañito húmedo desechable.
Tampoco caigamos en la tentación de bañar a nuestra mascota diariamente, esta práctica no es sana. Recordemos que los animales son diferentes a los humanos y, por esta razón, bañarlos a diario puede ocasionar alteraciones en el pH de su piel, resequedad, dermatitis o problemas con su pelaje. La clave es mantener la periodicidad de baño que siempre le has manejado.
Eso sí, considerando que los animales pueden ser vectores del virus (superficies donde puede habitar el virus), es aconsejable que lavemos nuestras manos antes y después de acariciarlos, así como de manipular su alimento, juguetes y otros accesorios de uso. Y si tenemos gripe o sintomatologías respiratorias, evitemos compartir mucho tiempo con ellos y salir a pasearlos.
A propósito de los paseos, aunque durante al aislamiento preventivo obligatorio están permitidos, estos deben ser solitarios y cortos, por entre 10 y 15 minutos. Si, por ejemplo, nuestro perro estaba acostumbrado a ir a un parque o zona de esparcimiento donde solía correr libremente e interactuar con otras mascotas, es mejor que ya no se lo permitamos, pues desconocemos qué han hecho o dónde han estado estas previamente. Así mismo, es importante el uso de la correa para protección de nuestro can y por respeto a otras personas pues, por muy entrenado que esté, nunca conoceremos al 100% sus posibles reacciones y la correa será nuestro principal mecanismo de seguridad.
No es indispensable, e incluso va en contravía de su salud física y mental, el uso de tapabocas en nuestros perros o gatos, ya que su hocico es muy sensible y es mucho más incómodo para ellos la utilización de elementos como estos que dificultan su respiración.
Con respecto a los servicios de atención veterinaria, estos continúan habilitados, pero solo accede a ellos si tienes una emergencia con la salud de tu perro o gato.
Beneficio mutuo
Si bien durante esta temporada debes intensificar los cuidados para tu mascota, abandonarla no debe ser una opción. Ten en cuenta que el abandono premeditado de estos animales conlleva a sanciones penales y civiles y, además, compartir con estos en la cuarentena representa un beneficio mutuo.
En palabras del veterinario Jorge Orozco, es posible que por estos días se evidencie un mejor estado de ánimo en las mascotas, porque pueden disfrutar de tiempo extra con sus amos y esto contribuye a mejorar su tranquilidad; a su vez, los dueños cuentan con una compañía que puede causarles sentimientos de alegría y disminuirles la sensación de soledad producto del aislamiento.
Desde Coosalud te invitamos a no dejarte contagiar de rumores sobre el coronavirus, con los que también han resultado involucradas las mascotas. Compartir solo información verificada sobre estos temas ayudará a disminuir la propagación del miedo y del posible rechazo social hacia dueños y animales como perros y gatos.
*Es preciso aclarar que si bien si existen un par de casos registrados en el mundo en los que animales de compañía han dado positivo a COVID, se han identificado cepas distintas del virus y no están asociadas a afecciones respiratorias, a diferencia del que se está presentando en humanos.
