5 razones por las que debes evitar la automedicación

Es bueno evaluarte y preocuparte por tu estado de salud. Si percibes dolores extraños y sabes que esos dolores no son normales, generalmente buscarás la solución por tus propias manos y puede que, en algunos casos, lo que te aqueja dependa de tus acciones, como puede ser una mala dieta (referenciar blog de dieta saludable) o el mal horario de sueño que manejas (referenciar el blog de higiene del sueño). Todo problema que pueda solucionarse desde tus hábitos o tus acciones será saludable y beneficioso para tu cuerpo. Sin embargo, cuando los problemas de salud requieren de medicamentos para resolverlos, es importante no automedicarse.

La automedicación no solo es ineficiente, sino que puede causar graves daños físicos si no se maneja con cuidado. ¿Cuáles las principales razones por las que no deberías hacerlo? Aquí te las contamos:

senior woman suffering from heartache at home

1. Tu cuerpo podría rechazarlo

Algunos medicamentos pueden dañar tu sistema inmunitario. Cuando estás enfermo, tu cuerpo necesita luchar contra las infecciones. Pero si tomas ciertos medicamentos con regularidad, tu cuerpo empezará a reconocer esas sustancias como invasores extraños. Así, en lugar de luchar contra las infecciones, tu cuerpo empieza a atacar a los propios medicamentos.

2. La automedicación puede ser peligrosa

Algunas drogas pueden causar graves problemas de salud. Los medicamentos no recetados pueden causar efectos adversos a tu sistema digestivo o a tus riñones, principalmente.

Otros medicamentos pueden ser peligrosos simplemente porque no están destinados a ser tomados por sí solos. Por ejemplo, los antihistamínicos pueden causar somnolencia y los somníferos pueden provocar insomnio.

Electrocardiogram in hospital surgery operating emergency room showing patient heart rate

3. La automedicación no es eficaz

El problema de la automedicación es que puede que no sepas lo que estás haciendo. Puedes pensar que estás tomando la cantidad correcta de medicación, pero esto no siempre es cierto.

Por ejemplo, es posible que necesites tomar dos tipos diferentes de antibióticos para tratar una infección o que no te des cuenta de que estás tomando demasiado de un tipo de antibiótico y no lo suficiente de otro.

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4. Puedes desarrollar resistencia a los medicamentos

Recetarte fármacos sin ninguna prescripción médica puede causar que no percibas los medicamentos como deberías hacerlo. Hacer una ingesta innecesaria de fármacos podría ser el causante de que algunas infecciones desarrollen resistencia a los antibióticos, por ejemplo, y esto hará que cuando de verdad los necesites, no funcionen como deberían.

5. Dependencia o adicción a los fármacos

La automedicación puede provocar dependencia y adicción. Cuando se deja de tomar la medicación, se pueden experimentar síntomas de abstinencia. Estos incluyen dolores de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, insomnio, agitación, ansiedad, inquietud, sudoración, dolores musculares, temblores, irritabilidad y depresión. Si dejas de tomar la medicación de forma repentina, también podrías experimentar efectos de rebote, que pueden incluir un aumento del dolor, fatiga, dolor de cabeza, mareos, confusión y pérdida de memoria.

Cuando empieces a tomar la medicación de nuevo, es posible que te sientas mejor que antes de dejar de tomarla. Pero también podría ser todo lo contrario. En todo caso, no quieres volverte dependiente a un medicamento, ¿verdad?

Los medicamentos son drogas poderosas. Actúan muy rápidamente. Y pueden afectar tu estado de ánimo, tu nivel de energía y tu capacidad de pensar con claridad. Por eso es importante que hables de tu plan de tratamiento con tu médico. Él te ayudará a decidir si tu enfermedad requiere medicación y te indicará la cantidad de medicamentos que necesitas.

Como paciente, siempre debes hablar con tu médico antes de empezar el consumo de un medicamento nuevo. Él puede aconsejarte sobre cómo afrontar los efectos secundarios. También puede informarte sobre tratamientos alternativos que no requieran medicación, como lo puede ser el ejercicio o el cambio a una dieta saludable.

Por supuesto que hay medicamentos de venta libre que son una buena alternativa para los virus o afecciones como la gripa, el dolor de garganta o la acidez de estómago, aun así, recuerda no abusar de su uso continuo y no excederte con las dosis señaladas en los medicamentos. Si los dolores o problemas persisten, es importante que solicites una cita con tu médico para revisar tu estado de salud y plan de tratamiento.

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